jueves, 19 de diciembre de 2013

¿Qué es un cumpleaños?


¿Qué es un cumpleaños? Nada. Sencillamente es un día como cualquier otro. Crecerá la hierba, las nubes viajarán, el viento harán lo suyo. Un cumpleaños no es especial. Las 24 horas que encarcelan el festejo desaparecerán y sólo quedarán recuerdos… esas cosas que trascienden la temporalidad y lo efímero de la mortalidad de esta tierra para enseñarnos que ese día es como cualquier otro, donde nuestras uñas no dejaron de crecer o decrecieron.

                ¿Qué más somos sino un cúmulo de recuerdos deformes, precisos o que sé yo?, tengo la certeza que somos recuerdos y siempre estaremos atados a ellos, sean pasados o futuros al fin y al cabo que no poseen tiempo. Pero en ellos habitan personas, las cuales no serían nada importantes para uno sino hubieran invocado o creado este limbo de recuerdos. Hay que entender a la persona como generadora de recuerdos, porque nos han recordado algo perdido pero nos han alumbrado algo olvidado.
                
                Hay que darles la importancia a esas personas pues por ell@s vivimos angustiados. Son ell@s los que suscitan una cadena infinita de posibles recuerdos atemporales, que te permitirán preguntarte sobre que es la vida (aquella que cuando te pone las nalgas te la debes coger porque solamente se deja una vez) y que es la muerte.

                Pero no le des tanta importancia a los recuerdos, no hay que tomarse tan en serio los recuerdos, pues no sabemos si existieron o si simplemente fueron los sentidos que jugaron mal para que vieras que tanta habilidad tenías de ignorar algo que son los recuerdos. Lo entenderás una semana después, cuando trates de ver como fue este día y empieces a entender como cada quien te brindo un recuerdo a su manera… pero también te robaron uno (depende de cual hayas querido compartir para que el otro comprenda que tú también respiras) y sólo trataras de entender los recuerdos bajo un emulador de conocimiento del otro.


                 Qué más da todo esto lo reconocerás un día cuando estés acostado viendo una grieta en el techo de tu recamara y digas “a que puta madre… estoy sólo y no soy nadie”, pero vendrá uno tras de otro los recuerdos, las personas sin rostros pero llenos de palabras que lastimen o animen. También empezarás a ver que tanto permitiste que te robaran de tu persona para que entendieran que vives en el mundo. Todo da lo mismo un día como hoy llamado cumpleaños.


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